Hace ya mucho que aquello de un trabajo estable se acabó, donde uno estaba asentado tranquilamente y lo único que había que hacer era trabajar y esperar a que llegara la edad de jubilación.
Hace ya un tiempo que cuando te pones a buscar trabajo tienes que competir con cientos de personas, donde podrás encontrar de todo, gente con más experiencia, menos títulos, más conocimientos, menos idiomas, etc.
Eso lo sabe el empresario. También aprendió muy pronto la lección de la crisis.
La cosa, resumiendo, va de la siguiente manera: Necesitan un diseñador gráfico, que haga páginas web, imprenta, redes sociales (pero bien hechas, no sólo poner noticias, que sois muy listos), corrector ortográfico, bilingüe y lo dejo ahí, pero podría seguir.
Luego te dicen: “Te vamos a dar de alta 2h/día pero vas a cobrar como 4h. Aunque en verdad vas a trabajar como 8h.”
Cuando te lo pintan taaan bien tu te quedas con cara de pasmado y piensas “para que este tio no se de cuenta de la cara de gilipollas que se me ha puesto le voy a decir que me lo voy a pensar y me voy a mi casa a llorar”.
Y aquí es donde llega la parte que más me gusta, siempre es la misma frase sutil, pero lapidaria: “Venga pues ya hablamos pero avísame pronto porque si es que no me tengo que buscar a otro”.
Te lo sueltan así, por lo bajini. Y entonces te das cuenta que si no trabajas tu puteado por 4 perras mal pagadas, vendrá otro y lo aceptará.
Entonces en función de lo necesitado que estés te acabas bajando los pantalones y, en ocasiones, hasta te abres el ojete.
Y mucha culpa de esto lo tenemos los trabajadores, que por meter algo de dinero en nuestra casa entramos con todas las condiciones que nos imponen.
La crisis se acabará, pero pasarán mucho años y seguirán escudándose en ella para ofrecernos la miseria que ofrecen. Y lo más triste es que aún sabiendolo pasaremos por el aro.
He dicho.
1 comentario
juan luis dueñas · octubre 9, 2015 a las 00:13
Qué razón llevas D. Francisco!!!!