Pocas cosas hay más desesperantes que a tu hijo le de un ataque de tos cuando está durmiendo. Al mío, si no se lo atajamos pronto, acaba vomitando como si fuera la niña del exorcista.
Antes de nada os comento brevemente lo que, para mi, es un ataque de tos: la garganta se le irrita y le pica, la única manera de que se “rasque” es tosiendo. Pero uno cuanto más le pica, más se rasca y la garganta es igual, así que si no lo paramos puede acabar la papilla (tortilla, sopa con fideos o letras, etc) esparcido por todo la cama, su cuarto… Para que no lleguemos a esto, lo que hay que hacer es calmar ese ataque de tos.
Como sé lo desesperante que es esta situación te dejo unos trucos con los que nosotros conseguimos que a Pablo (mi bestia parda) se le relaje la garganta y así dejar de toser:
– Lo primero que hago (porque ya lo conozco) es cogerlo corriendo y llevarlo al váter, si acaba vomitando que sea ahí y no en la cama, suelo, armario, pasillo (no consigo entender como llega hasta allí, pero lo hace).
– Ahora hay dos opciones, el niño acaba echándolo todo y se relaja; o lo has pillado a tiempo y con el consuelo de unos padres (y muuucho mimo) también se relaja. Pero sigue tosiendo y hay que parar la maldita tos.
– Cuando ya hemos conseguido que se relaje lo que hay que hacer es que también se relaje la garganta, para esto lo que hago es que me voy a la nevera y lo acerco a la puerta del congelador. Con el frío se le relajará y dejará de toser. Si es invierno, lo abrigo y abrimos una ventana para conseguir el mismo efecto.
Seguid estos pasos y os aseguro que se le calmará la tos y tendréis un rato de descanso… hasta otro ataque (esto también puedo asegurar que le puede pasar).
Y vosotros, tenéis algún remedio para compartir?
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